Las gallinas son criaturas adorables y peludas que muchas personas imaginan cuando piensan en granjas. Se escucha a menudo a los cazadores vagando, cacareando y revolviendo en campos abiertos. Sin embargo, la verdad sobre la vida de muchas gallinas es menos agradable; a menudo se alojan en jaulas diminutas, obligándolas a permanecer completamente quietas. Estas se conocen como granja de gallinas ponedoras y normalmente viven en edificios de estilo granja con cientos o incluso miles de otras gallinas. Viven vidas miserables, y la realidad de las gallinas en granjas de batería es bastante perturbadora para los amantes de los animales y aquellos que se preocupan por el bienestar animal.
La vida de un pollo en una granja de batería es muy patética e incómoda. La vida común de un pollo en una granja de batería es miserable. Estos pollos a menudo están apiñados en jaulas ligeramente más grandes que sus cuerpos. No pueden caminar ni extender sus alas, lo cual es crucial para su salud y felicidad. En lugar de estar al sol, pasan largas horas bajo luces artificiales brillantes. Esto los enferma y estresa, ya que no pueden tener un ciclo natural de día y noche. A los pollos se les alimenta principalmente con una dieta de maíz y soya, lo cual no es generalmente bueno para los pollos. No proporciona la nutrición que necesitan para prosperar. Pero debido a que están tan apretados, los gérmenes pueden propagarse fácilmente de un pájaro a otro, causando enfermedades en el rebaño.
Las gallinas criadas en granjas de batería suelen ser de menor calidad que otras gallinas que se pueden comprar en la tienda. Esa es una de las razones por las que muchas personas deciden comprarlas. Pero considerando el estado de las gallinas y sus vidas, ¿es realmente buena idea ahorrar tanto dinero? La respuesta es no, porque cuando pensamos en las miserables vidas de estos animales jaula de batería se pierden las cosas divertidas que las gallinas deberían hacer, como picotear el suelo en busca de comida, mover sus alas o simplemente correr. Están atrapadas en pequeños recintos, incapaces de aventurarse más allá de su entorno inmediato. Por lo tanto, están muy apretadas con el alto riesgo de enfermar. Esto puede llevar a la administración de medicamentos y antibióticos para evitar enfermedades, y a su vez algunas de estas sustancias químicas pueden pasar al pollo que comemos.
Las gallinas de granjas de batería representan uno de los mayores desafíos para el bienestar animal: el concepto de tratar a los animales con amabilidad y respeto. Desafortunadamente, hay gallinas que no se crían de manera adecuada. Viven en condiciones abarrotadas y sucias que pueden causar una serie de problemas de salud. Debido a que se les impide disfrutar de comportamientos naturales de gallinas, como raspar el suelo o picotear alimentos, carecen de actividades vitales que las mantienen felices y sanas. Su sacrificio se realiza de manera cruel, incluso si es parte de la misión también. En general, el tratamiento de las gallinas de granjas de batería es preocupante y nos muestra que necesitamos un mejor cuidado animal en nuestros sistemas alimentarios.
Cambios Genéticos: Se realizan muchos cambios genéticos en las gallinas de granjas de batería donde crecen muy rápido. Sin embargo, aunque sea eficiente, es perjudicial para la salud y el bienestar de las gallinas, reduciendo su calidad de vida.
Antibióticos: A las gallinas de granjas intensivas a menudo se les dan antibióticos, ya que están en condiciones muy cercanas. Si bien esta práctica protege contra la propagación de enfermedades, también puede crear gérmenes resistentes a los antibióticos.
Fomentar prácticas crueles: Las prácticas de la ganadería intensiva son ampliamente consideradas como inmorales y pueden llevar al maltrato y explotación animal generalizados. Traducción: Tu dinero permite que estas terribles condiciones continúen.