Hemei es una empresa de segunda mano que realmente se preocupa por los animales y el medio ambiente. Así que queremos contarte sobre ella porque es algo bueno saber. Estas son granjas industriales de pollos donde los animales pasan sus vidas apiñados juntos en jaulas sucias. Juntos descubriremos qué se siente al ser un pollo en una granja de gallinas ponedoras y por qué eso importa.
Las granjas de gallinas ponedoras son un tipo especial de lugar donde los consumidores obtienen pollo, ya que la producción en masa trabaja con gallinas. No se les da mucho espacio para moverse ya que las jaulas son muy pequeñas. Se les da de comer y beber cada día, pero no tienen libertad para moverse o disfrutar del cálido sol. Desafortunadamente, estas gallinas nunca ven la luz del día, lo cual es crucial para su salud y felicidad. Por esta razón, sus vidas suelen ser cortas: se les mantiene únicamente para poner huevos que las personas comen.
En las granjas de gallinas ponedoras, los pollos se colocan en jaulas que están dispuestas como en estanterías, una encima de la otra. Hay tan poco espacio entre ellas que no pueden siquiera extender las alas, algo que todos los pájaros les gusta hacer. Las gallinas están apiñadas en jaulas que son demasiado pequeñas para ellas y tienen que permanecer en una misma posición todo el tiempo. Esto significa que no pueden moverse, jugar o picotear a su alrededor como deberían hacer las gallinas.
Las gallinas de batería llevan vidas muy tristes y difíciles. Estas son las gallinas enjauladas que nacen y nunca salen de la jaula. Los huevos que consumen están diseñados específicamente para ayudarlas a poner huevos, pero no son adecuados para ellas. Aquellas que viven en habitaciones oscuras sin luz natural no podrían ver nada fuera de la jaula. Esto hace que su condición sea extremadamente solitaria y aburrida. Las gallinas son animales gregarios, con un deseo natural de pasar tiempo con otros de su especie, pero en las granjas de batería están encerradas en jaulas de alambre, sin poder disfrutar de la compañía de otros.
La cría de gallinas ponedoras implica mantener a las gallinas únicamente para producir huevos. Estas gallinas pasan toda su vida en jaulas y se les alimenta con comida especial que fomenta que pongan la mayor cantidad de huevos posible. Nunca salen, nunca respiran aire fresco ni ven la planta. Y esto no es justo para ellas, porque todo animal tiene derecho a tener una buena vida. Una vez que estas gallinas ya no pueden poner huevos, son tristemente enviadas a ser sacrificadas. Este es un desenlace desgarrador para animales que merecen ser tratados con compasión.
Las granjas de pollos en batería no solo causan sufrimiento a los pollos; también dañan el medio ambiente. Los desechos de los pollos son enormes y pueden envenenar el suelo y el agua alrededor de las granjas. Estos desechos pueden contaminar la tierra, haciéndola inadecuada para las plantas y otros animales. Además, estas granjas utilizan mucha energía para mantener con vida a los pollos, lo que a su vez puede causar más contaminación. Pueden producir contaminación del aire debido al amoníaco liberado por los excrementos de tantos pollos concentrados en un solo lugar. Eso es malo, tanto para los animales como para el planeta.